Mi Comienzo

Desde la perspectiva de un simple apasionado del Teatro Musical, que no sabía lo que el destino tenía planeado

Todo comenzó cuando era pequeño, mi madre nos llevaba a todos los musicales que se presentaban en la Ciudad de México.  Ir al teatro era más que un evento, era lo que más esperaba.

De niño, jugaba con mis hermanas al teatro en la sala de nuestra casa. Quién diría que ese juego se convertiriaen mi forma de vida.

Mi primer acercamiento real con las artes escénicas fue hasta el primer grado de educación preparatoria.

Ahí conocí a Fátima del Rosario, maestra de actividades estéticas. Su guía y pasión fueron un factor clave para mí.

Mi primer montaje fue «Working», un musical de Stephen Schwartz que habla sobre los trabajadores en América y para el cual tenía que aprender a actuar, bailar y cantar.

Todo un reto para un niño sobreprotegido, corto de carácter y penoso… pero logré salir victorioso. ¡Imagínense, hasta canté un número como solista! ¡Qué desfachatez!

Mi Comienzo

Siguieron

 «RUR Robots», «Prohibido suicidarse en primavera» y «A Chorus Line», pero ahí: ¡TENDRÍA QUE BAILAR TAP!

«No puedo hacer eso», pensé.

Empezó la capacitación y un día escuché que la maestra comentaba que no veía posibilidad alguna para el baile…

¿QUÉ? Nunca retes a un Tauro y menos a éste que es terco como una mula.

¿Cómo se había atrevido a siquiera pensarlo? Además, yo nací el día de San Pascual Bailón, ¿algún beneficio me habría de dar eso, no?

Ese momento pudo ser el final de mi historia

Cuando estudiaba en la universidad la carrera de Sistemas Computarizados, comencé a prepararme en el taller de teatro del Teatro San Rafael, fundado por la época de la primera puesta de «El diluvio que viene».  Despu{es continuaria  con la maestra Gabriela Salá y posteriormente comenzaría a tomar clases con Roberto Ayala y Ana María Collado.

Me costaba mucho pagar mis clases, pues mi familia no me apoyaba. Roberto Ayala me becó y apoyó por muchos años

Reflexión

«Cómo un comentario puede destruir una vida o darle un vuelcode 360 grados» 

Pepe Posada

Un Día

Roberto me regaló un folleto de un musical llamado «42nd Street». ¡Se veía alucinante! Y como un mago, conseguí el acetato. Su sonido era tan vibrante que ¡tenía que bailarlo! Me apliqué durante años, incluso haciéndolo a escondidas mientras asistía a la universidad por las mañanas y practicaba baile por las tardes.

Esa fue mi rutina durante 4 años, ¡pero estaba feliz con este ritmo! Cuando terminé la carrera, surgió la oportunidad de una beca en el extranjero. La solicité, aunque pensé que no sería seleccionado. Entonces, Roberto Ayala tuvo la chance de coreografiar un teatro infantil profesional en el Teatro de los Insurgentes, era «Blanca Nieves y los 7 Enanos». Me armé de valor, fui a las audiciones ¡y me aceptaron!

Cuando comenzaron los ensayos, recibí una llamada. ¡Tenía la beca para el Postgrado! Pero decidí seguir mi sueño en el teatro y rechacé la beca.

Debuté en el teatro de una forma increíble. Fue en «Blanca Nieves y los 7 Enanos», dirigido por Jacqueline Andere y protagonizado por Chantal Andere. ¡Mi sueño se hizo realidad!

Increíble

«¿Cómo una sola persona puede cambiar tu vida?»

¡Roberto me ayudó a hacer realidad mi sueño! Siempre le estaré súper agradecido.

Pronto, me encontré montando coreografías en «la Disco Gay del momento», el Kagba de Satélite, montando un collage de números de Teatro Musical.

La Vida me Premia,  y pone en mi camino el primer musical de Gran Formato para que marque mi debut en treatro profesional de noche.  

¡Mi primer gran musical! En el mejor teatro de México, en «Yo y Mi Chica», con Julio Alemán y Olivia Bucio. ¡Fue una experiencia inolvidable!

 

Durante la temporada, empecé a dar clases de Tap. Eugenio Derbez, quien también era parte del elenco, me invitó a enseñar en su academia.

Al final de la temporada, Fernando Moya me invitó a formar parte del ensamble de bailarines de la compañía de Teatro Lírico de Cristina Ortega. ¡Y así lo hice!

Y en ese viaje, conocí a mi gran amigo de toda la vida, mi hermano Alex Arroyo, al menos eso es lo que yo creía. ¡Comenzamos a dar clases juntos!  

Y así, con el tiempo y muchas clases, logré estar preparado para otra oportunidad: «Calle 42» en México. ¡Audicioné y fui seleccionado!

«¡Calle 42!», en el Teatro de los Insurgentes, con Joaquín Cordero y Olivia Bucio. ¡Fue increíble!

El proceso fue duro, pero valió la pena. ¡Calle 42 es la prueba de que los actores somos atletas de alto rendimiento!

Después, trabajé en varias temporadas de la Compañía Nacional de Ópera de Bellas Artes y continué con la Compañía de Teatro Lírico de Cristina Ortega.

Y allí conocí al Maestro Jorge Cano, ¡quien me hizo creer en mi capacidad para ser un coreógrafo!

Y así, de la noche a la mañana, ¡me convertí en Coreógrafo de «La Viuda Alegre»! ¡Fue el inicio de muchos proyectos y giras!

Y cuando la vida me hizo reflexionar sobre mi titulación pendiente, decidí retomarlo.   ¡Obtuve una Mención Honorífica!

Hice feliz a mi madre y por mas de seis años dejé el teatro, fue en 1995, decidí retomar mi sueño con tres locos amigos. ¡Renuncié a mi trabajo y comenzó la aventura de mi vida! ¡Llena de retos, satisfacciones y aprendizaje!

El Inicio

Cantando Bajo la Lluvia que marca mi ingreso a las grandes ligas del Teatro en México como coreógrafo de un Musical de Gran Formato.

Acompáñame en el viaje a través de mi historia en el Teatro en México .