¡Un Viaje Inolvidable con Cri-Cri: Donde la Coreografía se vuelve parate de la historia!
¡Mi corazón siempre ha latido al ritmo del teatro musical, ¡siempre listo para dejar los sueños volar y abrazar cada nuevo desafío! Por eso, cuando recibí esa llamada inesperada de Mario Iván Martínez, proponiéndome un espectáculo dedicado a Cri-Cri, el Grillito Cantor, la emoción me invadió por completo. La música de Francisco Gabilondo Soler no es solo melodía, es una chispa que ha encendido la imaginación de generaciones de niños en México y América Latina. ¿Mi respuesta? ¡Un rotundo sí, sin pensarlo dos veces!
¡Quién iba a decir que cada ensayo se convertiría en una verdadera masterclass! Trabajar con Mario Iván es un privilegio. Ya me había impresionado al verlo transformarse en Zazá en La Jaula de las Locas. Pero aquí, en el universo de Cri-Cri, tuve la oportunidad de presenciar su genio en todas sus facetas: no solo como un actor increíble, sino como productor, un brillante escritor, un visionario director y un diseñador de vestuario con un ojo único. Fue asombroso ver cómo su visión integral tejía cada hilo del espectáculo, elevándolo a otro nivel. Su habilidad para guiar y esculpir un resultado final tan impecable es simplemente notable.
Este increíble viaje comenzó en 2018 y, ¡adivina qué!, hoy en pleno 2025, el show sigue reponiéndose, vibrando en los escenarios. Cada vez que lo remontamos, es un verdadero agasajo, una oportunidad de pulir esos pequeños detalles que lo hacen brillar aún más. Créeme, el espectáculo que estrenamos no tiene absolutamente nada que ver con el que presentamos hoy; se ha enriquecido enormemente. No cabe duda que un espectáculo teatral va madurando con el tiempo y debe ajustarse para que no pierda la esencia original.
Y hablando del talento que hizo esto posible, el elenco adicional con Jimena Páres y Luigi Vidal fue simplemente increíble. Trabajar con ellos fue una delicia. La forma en que se entregaron a sus personajes y lograron interpretar a la perfección cada propuesta coreográfica en cada número fue fundamental para el éxito del show.
Confieso que los nervios me jugaron una mala pasada al principio. Recuerdo vívidamente cuando Luigi Vidal, en nuestra primera reunión, soltó que bailaba tango «casi desde que nació». ¡Gulp! Yo, sin la menor idea de tango, me preguntaba: «¿Qué voy a hacer en ‘El Che Araña’?» Mi obsesión fue tal que el día que teníamos que montarlo, caí enfermo con 40 de fiebre. Pero, ¿sabes qué? Al final, todo salió a pedir de boca.
Cada número era un reto en sí mismo, un lienzo en blanco esperando ser coreografiado: ¿cómo haríamos marchar a «Todas las Vocales» o daríamos vida a «Los Animales de Caminito de la Escuela»? Y el gran desafío: ¿cómo transformar la araña de «El Che Araña» en un Cri-Cri que, ¡sorpresa!, baila tango con una cucaracha? La música de Cri-Cri es simplemente mágica, con sus letras descriptivas y estilos de composición que son un festín para cualquier melómano.
Aunque al principio parecía sencillo, te aseguro que no lo fue. Pero gracias al apoyo incondicional de Mario Iván, y a la entrega y talento de todo el elenco, logramos que este espectáculo no solo naciera, sino que perdurara en el tiempo, tocando corazones.
Y para cerrar este capítulo, quiero hacer una mención especial a Hairam Asereth, mi asistente de coreografía. Después de algunas malas experiencias, ella devolvió a mi vida la fe en lo que un asistente puede lograr. Su espíritu súper cooperativo, entusiasta y creativo fue un pilar fundamental en este proceso. ¡Gracias por siempre, Asereth!
Solo me queda una cosa por decir: ¡Gracias, Mario Iván, por toda tu confianza y por incluirme como parte de los creativos de este maravilloso proyecto!
la vida me cambia la jugada